17 de noviembre de 2007

Viernes diferente

Estaba escribiendo el guión del corto que tengo que mandarle a Matias, pero necesitaba distraerme y decidí leer mails. Entonces, hubo uno que me llamó la atención, y yo que pensaba que iban a ser estupideces. Era de Virginia Janza, una invitación que decía: "Una noche para vivir la creación artística en tiempo real". Me gustó la idea, la llamé a Sofi. Eran las ocho y esto era a las diez y media, no iba a terminar el guión, pero dejé todo, total mañana se lo mando, pensé.
Fuimos caminando, estaba linda la noche para caminar, aunque era lejos, no nos importó. Llegamos tarde pero todo bien, porque no había empezado. Nos dio la bienvenida Eugenia Corio, que presentó a Karina Macció, y después leyó unas poesías bonitas. Muy interesante el trabajo de
Karina Macció. Después otras tres escritoras dramatizaron tres poesías, y aunque no vi mucho porque estaba en el fondo, me gustó. Finalmente disfrutamos de la pintura en vivo de Karin Godnic, Luli Illia y Alfredo Megy, mientras escuchábamos (también en vivo) a Wasabi (música experimental con piano, teclado y percusión, original y creativa).
Mientras la primera escritora leía un fragmento de Amarillo, el libro que actualmente está en proceso de edición, Sofi me miraba y me miraba y yo no la quería mirar porque sabía que era para decirme "¿Lu, cuándo termina?", y como no la miraba, estás re colgada, me dijo. No estaba colgada, estaba prestando atención, concentrada, incrédula, anonadada, feliz. No podía creer que estaba donde estaba, al fin encontré un lugar que me gusta, que me hace sentir bien, que no me aburre como esos boliches que a todos les encantan pero a mi me aburren tanto, esto me encanta, y también le gusta a otras personas, encontré personas que consumen lo mismo que yo, al fin, y eso esta buenísimo, pensé. Somos una minoría, pero somos, digo, existimos, no era yo la única, no estaba loca, de repente encuentro el sentido de pertenencia a algo, raro, porque pensé que no lo tenía. Dos hombres se besan y se tocan y a nadie parece importarle, todos están vestidos como si trabajaran en un circo, y el baterista hace unas caras muy graciosas, pero nadie se ríe, a nadie le importan esas estupideces, y eso me encanta.
Después con los pintores, Sofi veía que había gente que se paraba y se iba, entonces me miraba con cara de estoyaburridaymequieroir, pero yo seguía sin mirarla, para que no me lo dijera, porque yo no me quería ir y no había nada que me pudiera despegar de esa silla, hasta que no termine no me voy, pensé, pero no dije nada.
Eso me gusta de Sofi, que está abierta a conocer cosas nuevas que no están de moda, cuando le digo: "escuchá esto...", no me dice como el resto de mis amigas "¿En castellano no tenés nada?", no, Sofi sólo busca algo que nos guste a las dos, que casi siempre es lo que primero me gustó a mi y después le gustó a ella, porque Sofi es así, todo lo que a vos te gusta, a ella le gusta y lo que a vos te disgusta, a ella también le cae mal, siempre es así.
Volvimos caminando, y yo me sentía tan bien que ni siquiera me importó ver a esos adolescentes corriendo en calzoncillos y después sin calzoncillos, que nos gritaban cosas.

11 de noviembre de 2007

Domingo

Una etapa se termina y no se si tengo ganas. No. No tengo ganas, pero bueh la vida es así y los cuatrimestres tienen cuatro meses, no tres no cinco, C-U-A-T-R-O. Me da bronca pero después digo que va a ser. Estoy triste, pienso. Y me acuerdo de: "Todo comienzo tiene un final, pero todo final marca un nuevo comienzo". Bajo la cabeza, y acepto al tiempo y sus limitaciones. El próximo será todavía mejor, me conformo.