7 de febrero de 2008

Cuando me fui a dormir

Hoy volví a pensar en mi vida como un sueño que miro desde lejos, supuse que los que en este sueño creemos que son sueños, en verdad son despertares, nuestro escape a la verdadera realidad. Entonces pensé en ese pedacito de literatura que amé e inmortalicé (yo, para mí, porque la buena literatura siempre es imortal) desde los trece: “...y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende ¿Qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”
Cerré los ojos y... desperté.