11 de marzo de 2011

Grandes tentaciones

Berni, Antonio
La gran Tentación, 1962 
Óleo, madera, metal, arpillera, tela, 
adornos, pegamento y elementos varios sobre madera 
245 x 241 cm
Malba- Fundación Costantini

Llueve,
las luces de la ciudad pintan las gotas.
 Hay gotas azules, verdes y amarillas
y también rojas.
Pero se secan con la velocidad y el viento
$
Podría morir ahora que sería feliz
con este viento que me golpea la cara
y esta música en los oídos
y la velocidad
y la lluvia
$
Las imágenes me están volviendo loca
tantas imágenes tantos colores tantas caras tantas cosas que leer
y comprar
tanta gente diferente
(aunque algunos se parecen)
$
Necesitábamos las mascotas
y los accesorios para mascotas
necesitábamos los iPads, iPods, y Blackberrys
necesitábamos las marcas
y la estúpida moda
necesitábamos la televisión
y la industria hollywoodense.
Necesitábamos los gimnasios y las cintas para correr
como hamsters en sus ruedas 
¿será que lo necesitábamos realmente?
$
Crearon la necesidad,
 no respondieron a un problema existente.
La lluvia.
 Es lo único que nos queda,
lo único propiamente nuestro
propiamente real
lo demás,
nos lo vendieron
nos lo crearon
$
Somos organismos adaptados a lo que creemos que es normal
¿y si no lo es?
Al menos es aquello a lo que nos acostumbramos.
Intercambiar nuestra fuerza e ideas,
nuestro tiempo,
nuestras ganas,
por papeles de colores
por autos y ropa
 y por espejitos de colores
$
Por "dignidad"
(si es que es eso que nos dicen,
porque puede que también sea una mentira)
"El trabajo dignifica"
¿En serio?
¿Y qué con los que no trabajan?
Marginados.
¿Y los que no pueden trabajar porque están enfermos?
Marginados.
¿Y los que no pueden trabajar porque escaparon de algo y son ilegales?
Marginados.
¿Y los que no pueden trabajar porque no tienen casa?
Marginados.
¿Y los que no pueden trabajar porque no saben leer?
Marginados.
 ¿Y los que no pueden tener hijos?
Marginados.
Si no pueden seguir la cadena de consumo de una familia tipo
con un auto un perro cuatro hijos y una casa
son marginados.
Sino trabajan
no consumen
y si no consumen
el sistema no funciona.
Así que todos hacemos como que no existen
y problema resuelto:
ellos son los marginados
nosotros los adaptados, los hacemos que funcione.
$
¿Qué es la dignidad?
Nos hacen creer que la compramos
pero ni siquiera es nuestra 
nos la prestan por un rato
siempre y cuando tengamos
papeles de colores
y rectángulos de plástico con letras en relieve que nos recuerdan que nuestro nombre es importante
y un lugar al que ir todos los días
a la misma hora
para estar insertos en el mercado
"laboral"
$
Somos mercancía
somos cosas vendidas así
por papeles de colores
pero tenemos el cerebro acostumbrado
ya domado
y el instinto dormido
$
Organismos caminando
corriendo
transpirando.
Existiendo.
Pasando un cartón rectangular por una maquina metálica para llegar a casa
en un tren que va bajo la tierra a 141 kilómetros por hora.
Surrealista.
Pero estamos tan velados.
$
Todos tan acostumbrados
a pasear el perro por las mismas calles
a la misma hora
 después de una jornada agotadora 
así que ponemos un poco de música para relajarnos 
mientras juntamos el excremento con una bolsa no degradable,
total, que se jodan las generaciones venideras.
Lo mismo somos nosotros para los dueños del mundo,
mascotas.
Nos dan un ratito para hacer pis,
otro para comer y otro para dormir,
mientras sigamos calladitos haciendo lo que nos piden
no nos va a faltar la comida ni los cinco minutitos de break.
Ni las películas ni la televisión ni las cosas que nos velan un poco más
 pero al menos también nos hacen olvidar lo miserables que hicimos nuestras vidas
con tal de conseguir un mayor estatus
$
Yo te propongo 
una contrahegemonía
o una hegemonía alternativa.
Te propongo 
que nadie vaya de nuevo a trabajar.
Nadie.
Que las tuercas se detengan
de repente
y a los que tiran de las cuerdas no les quede otra que seguirnos.
Que nadie venda
y nadie compre.
Que nadie trabaje para nadie,
sino todos para todos.
Que todos demos lo que tenemos,
sin recibir nada a cambio.
Que los arquitectos construyan casas
para todos y cada uno tenga la casa que quiere.
Que todos andemos en mulas o caballos
y se fundan todos los que venden autos y nos le quede otra que unirse a nuestro sistema.
Que las calles estén llenas de libros dejados ahí para cualquiera que los quiera leer
y las obras de todos los artistas decoren esas calles
y todos podamos ver arte.
Y que haya universidades abiertas para todos los que quieran ir a  escuchar.
Y comamos todo aquello que produzcamos
natural y sin hormonas 
porque nadie estaría buscando enriquecerse.
Te aseguro que no vamos a usar cárceles
porque nadie va a necesitar robar.
Mucho menos armas,
que ya son innecesarias. 
Podemos conservar los neuropsiquiátricos para los que quieran matar o violar.
Nos deshacemos de las marcas y las grandes multinacionales,
las convertimos en escuelas
y espacios de recreación
y entonces nadie tiene mas que otro
todos tenemos lo mismo
y no hay margen
ni marginados.
Ni sistema.
¿No seria genial?
¿No sería más normal que esto a lo que nos acostumbraron?
$
El amor
y la lluvia
es lo único que nos queda
lo demás
a quién le importa
si son papeles de ilusiones
que podemos cambiar por lo que sea,
menos, 
por amor y
claro,
 por la lluvia.