Al pensar en arte no se puede dejar pasar nunca la tan debatida definición de lo que el termino abarca. Si uno mira a su alrededor, la calle, se encuentra con miles de imágenes que parecen súper artísticas, por ejemplo: Dos palomas acurrucadas por el frío sobre un techito que en los vértices tiene las caras de dos ángeles sonriendo por la izquierda, pero si caminás un poquito más y los miras por la derecha parecen enojados y bastante aterradores. La imagen te cautiva y pensás: “¿si esto no es arte qué es?”. También te encontras con cosas como a alguien tocando una guitarra, varios graffitis, y unas florcitas pintadas en la vidriera del bar de la esquina. Te cruzas con el chico más lindo del mundo y supones que sus padres eran unos excelentes artistas por crear semejante obra de arte. Y ahí es cuando decís “entonces el Arte es todo lo estéticamente bello” ¿Bello? En este momento, es cuando uno recuerda aquel episodio filosófico en que Hipias le preguntó a Platón “¿Qué es la Belleza?” y Platón respondió: “Es una Bella muchacha”, es decir, le dio a entender a Hipias que lo que sería una bella muchacha para él, seria bello, sin hacer aclaraciones, porque seguramente si hubiera señalado una mujer particular, Hipias habría estado en desacuerdo sobre lo que él tomaba como belleza; porque "el concepto social de belleza es efímero y cambiante, existen muchas formas de bellezas, categorías y criterios estéticos, lo cierto es que la belleza, lo que nunca es, es estática" (de "El viaje de la vida", por Odyseo). Entonces llegás a tu casa y buscas una definición de arte por internet y así te encontras con Wikipedia y su definición de que: “El arte es una forma de expresión, la manifestación de la creatividad y sentimientos humanos”. Si lees el diario, te encontrás con un artículo que dice: “Valorar la publicidad como arte no es tan raro como parece” que cuenta que se hizo una exposición en Nueva York bajo el titulo: “la publicidad como arte”. Entonces te quedas con eso que leíste que te transporta rápidamente a la publicidad, y prendes la tele para ver algo de “arte”. Si lo hacés, seguro te encontrás con el comercial de Vent 3 que protagoniza Iliana Calabró (Ahora famosa por ser excelente bailarina de caño y pésima cantante) e imaginas que decir que eso (¡eso!) es arte es como para provocar que Dalí se levante de la tumba y te asesine. Eso definitivamente no es arte. Es publicidad, pero no arte. ¿Entonces la publicidad no es arte? La publicidad tiene la misma definición que el arte, con una diferencia: Es una forma de expresión y de manifestar la creatividad humana pero con ciertos límites y objetivos que el arte no tiene. Podría decirse que la publicidad es un arte “comercial”.
Los creativos vendrían a ser “primos”de los artistas ya que tienen varios objetivos en común, transmitir cosas, comunicar, a través de su creatividad pero con fines diferentes. La carrera de los publicistas depende de la opinión del cliente y del público para progresar. En cambio un artista no acciona para que al espectador le guste su arte o no, simplemente quiere expresarse y si al público no le gusta no le importa y no le influye porque va a seguir siendo un artista.
Finalmente te aconsejo que te inclines por el pensamiento que altera tu hemisferio izquierdo y te dice: “Hay publicidades que merecen ganar premios y publicidades que no, de la misma forma, hay publicidades que son arte y otras que no lo son”. Y, como dice el proverbio, “La belleza y (en este caso) el arte está en los ojos del que mira”.
13 de agosto de 2007
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