28 de septiembre de 2007

Carta a Eva:

En un cuaderno viejo, leo: yo soy el Masi soy- Jorge de la Vega-kerosene, tiner, agua ras, telgopor- clavos pintados, cubo con alambre, madera, negro en amarillo y blanco en rojo. Y me acuerdo: Bobby, clase de arte, escultura de Eva y Luchi, dibujo del pobre Maxi, fórmula para hacer una pasta extraña, falta una hora para que termine la clase pero ya estamos en el momento de transe en el que, inmersas en nuestro mundo de imaginación y fantasía, hablamos pavadas.
Eva, Eva, Eva, Eva. Eva. Ojos grandotes, ropa suelta, pelo negro, maíz en las manos. Manos chicas, pequeñitas, regordetas, rellenas, carnosas, manos suaves, manos duras, manos frágiles, con dulzura, si me acuerdo tu locura, estoy de nuevo en la bravura. Eva Eva, Eva. Me acuerdo y lloro, porque como vos ninguna, como vos... NINGUNA.
Y me preocupa, pero no, supongo que hay que resistir, ser fuerte, no llorar. Los niños no van a la guerra. La guerra es excremento. Los niños mojan la cama, porque el que se acuesta con niños, amanece mojado. El sudor moja, y el agua, y el pis. Pero yo no. Y lloro igual, no me importa. No me importa, pero importa que estés lejos. Tan, tan, lejos. Porque de aquel verano nunca más te vi, y a nadie como vos encontré. No encontré, y no busqué. Y no voy a encontrar. Evita. Evita. Evi. Evis. Evange. Te extrañé, pensé en vos y me acordé. Todas las cosas, todas las mañanas, todo lo que hiciste, hicimos.
No fue una despedida aquella tarde, no, fue menos que eso. Sabés que odio las despedidas. Pero en el fondo sabíamos, las dos sabíamos, LO SABÍAMOS, que no nos íbamos a ver pronto. Hasta pronto. Chau. Nos vemos.Fue poco, pocas palabras para tanta distancia. mucha, mucha. Fito Paez. Cerveza en el día de la prima Vera, cuando nadie más tomaba. Tequila. Chicos. Pescado que salta. "Ja, ja-ja, ja". Caminatas a la tardecita por el río. Frutilla con crema. Aqua (el perfume, ¿te acordás?). Alan Sosa. Mati Cos, y su pañal. Mocos secos renaciendo en una nariz peluda, cercanos a una barba prematura. Beto. Internet. Estado Unido. Prostitutas baratas. "La primera que se acercó, cuando yo era la nueva". Teatro, ¡teatro!, burbujitas de colores, el de la remera de Attaque, "vo-vo-vo-vos". Primera salida, MDP, chico que bailaba las de Shakira, y era de Salto, "ja-ja-ja, je-je-je", tu primo ebrio nos defiende. Edu, pancho, las chicas, los chicos, todos esos que ahora nada que ver. Termino por reírme, porque Eva, tus recuerdos, son hermosos.

21 de septiembre de 2007

Agresivos Compulsivos

1, 2, 3, probando, probando. Grabando:
Investigación: Agresivos compulsivos.
Por Laura Pieto.
Día 1: No deja de decirme cosas horribles. “Sos gorda”, “tenés celulitis y estrías”, “nunca vas a conseguir novio”, “nunca vas a ser modelo” “no te pongas blanco que parecés una heladera”.
Esta investigación se está tornando difícil, no sé cuánto voy a soportar.
Día 2: Hoy me dijo que me tiñera de rubio y que empezara el gimnasio. No puedo pasar por adelante sin que me diga algo que me deprima. Son como un sindicato que lucha por destruir mi autoestima. Están por todos lados: El baño, el dormitorio, el living, creo que es omnipresente, me persigue, aparece en cualquier lugar que esté, para insultarme. Hasta en la calle me persigue, está por todos lados.
Día 3: No sé cuanto tiempo más voy a continuar con esto. Por momentos casi no resisto las ganas de deshacerme de ellos. Hoy empecé a planificar la aniquilación. Está todo resuelto. Solo necesito algo fuerte: una maza, un bate, o algo así.
Creo que uno de ellos se dio cuenta de mi propósito, porque intentó golpearme pero me alejé rápidamente y se me cayó el grabador, sólo me salió un hematoma, no pudo matarme.
Día 4: Están todos muy enojados, estoy segura que descubrieron todo. No paran de gritar “matate, matate, ¡matate! ¡No ves que sos horrible, tenés que morir!”. Salgo corriendo de la casa. En la calle también están. Todos son aliados con los de mi casa. Me persiguen. Voy a esconderme debajo de la cama hasta que se olviden de mí y se concentren en alguien más.
Día 5: Por fin conseguí una demoledora. No me importa si tengo que destruir mi casa y la ciudad para asesinar a los espejos y que me dejen vivir en paz. Finalmente estoy llevando a cabo mi plan.
Apareció la policía, no me puedo detener, voy a tener que matarlos también. Están sacando sus armas, no me importa. Me dispararon, parece un dardo tranquiliz

11 de septiembre de 2007

Llorar por llorar

Supongo que hoy sí. Es que a todos nos llega algún día ese día que suprime cualquier consejo de índole psicoanalítico que alguien alguna vez nos dio. Porque el altruismo no es eterno, no, no es infinito. Un día, cansados de pensar en los demás, nos encerramos dentro de nuestros alienados pensamientos y, si, ahora si, somos egoístas. Pensamos en lo mucho que sufrimos, en lo triste que estamos, y en lo deprimente que puede ser la vida, y nos olvidamos, de lo mucho que sufren los demás, los que están peor, porque sabemos que hay quienes están peor, pero en ese momento, no nos importa. De nuevo: somos egoístas. Y no me vengan con eso del colectivismo anti individualista, porque algo de humanismo tenemos todos. Bueno, casi todos. El punto es que, aunque aborrezco el individualismo, tan egoísta, muchas veces, hasta me animo a decir, casi todos los días, soy una persona egocentrista, pancista, mezquina, sí, lo soy, y seguro no soy la excepción a la regla, seguro todos algunas veces lo son. Cuando lloran, cuando lloro. Somos de lo más egoístas, cuando lloramos, nos deprimimos, etc, etc, etc, etc. Si si, no pensamos en el que no come, o en el abusado, el desaparecido, o el asesinado, pensamos en nosotros, alimentamos nuestro ego, ¡pobre de mi, pobre de mi, pobre de mi! Así pensamos desde el declive del alma, desde la profundidad de los problemas, desde lo negro, desde el infierno, nuestro infierno, porque todos tenemos uno. Lo raro es que sabiendo que aunque todos tenemos uno, y que los de algunos están mucho más candentes que los de nuestros, decidimos simplemente evadir los de los demás, como si fuéramos los únicos seres sensibles al dolor sobre la tierra. Cuando si en realidad, no quisiéramos deprimirnos, pensaríamos justamente en la idea de que nuestras miserias comparadas con las de otros, no son nada y eso también es bastante avaro, contrastarnos con los que sufren sólo para sentirnos mejor es sin duda un acto totalmente egoísta, pero también, es la mejor solución a los problemas de depresión.
Y uno sabe cuándo es que llora por algo de verdad grave y cuándo lo hace (ojo, esto se aplica sólo a las personas plañidero-dependientes) por una pequeñez sin sentido, ejemplo pisar caca de perro, que no nos den el asiento en el colectivo, un día de lluvia, que alguien nos grite, que se muera una mariposa, y ni hablar de cuando nos enteramos que las mariposas sólo viven veinticuatro horas (repito, esto es para las personas con problemas de tristeza crónica que lloramos por cualquier, cualquier, cosa). Lo más extraño es que cuando lloramos por cosas estúpidas, no hay nada, absolutamente NADA, que nos calme. A diferencia de cuando lo hacemos por algo realmente importante, que con sólo ver un rato de algún programa superfluo por la tele (la única condición es que no nos haga pensar), nos sentimos mejor. Finalmente, después de uno de estos días (ya sea de tristeza inalterada, pura, como de, llamémosla, tristeza hiper sensitiva) cerramos los ojos, y aunque seguimos viendo todo negro y esta vez literalmente, soñamos con que el día de mañana sea un “hoy no”.

6 de septiembre de 2007

Pasado, no olvidado

Me vestía, prendí la radio, y empezó a sonar la canción, esa, esa canción que antes escuchaba, pero ahora no. Y la escuché, no porque me gustara, sino porque me obligó a hundirme en los recuerdos, y eso me detuvo, y perdí el poder de decisión para cambiar de radio. Y volví, volví tiempo atrás y me vi, desesperada, sí, desesperada, buscándola en un lugar nocturno lleno de gente acalorada y olor a tabaco, gritándole "Juli, Juli", y vi su mirada, bastante perdida a esa hora, tarde, que me miraba con alegría, nos abrazábamos y empezábamos a saltar. A saltar dije. Con una canción con la que nadie saltaba, nosotras dos, solas, saltábamos. Y nos miraban, pero no nos importaba, cuando la canción llegaba a la parte "Espera que ella vuelva y le diga..." saltábamos con más fuerza, como si , esa, fuera la última noche que pasaban esa canción, que sonaba todas las noches. Mientras todos saltaban con Putas, porque en mi ciudad la gente va mucho de putas y todos adoraban esa canción, nosotras lo hacíamos con Campanas en la noche, y tenía sentido para nosotras, mucho sentido. Después, nos perdíamos en la pista y seguíamos bailando (bailando, yo, bailaba) reggetones, marcando cualquier ritmo, girando, como un preso que sale después de años de estar en la cárcel y da vueltas libres y sin formas por el aire, porque respira libertad, bailábamos como despreocupadas, en nuestro mundo. Nuestro, de nosotras dos. Estábamos contentas, nos gustaba ser así, decirnos piratas, hablar con códigos, bailar solas, estábamos bien.
Aunque no estaba de acuerdo con eso de que no importa si la gente habla bien o mal de uno, sino que lo importante es que hable, sabía que hablaban mal, pero no me importaba. Nosotras nos defendíamos mutuamente, eramos indiferentes a la falsedad, no nos interesaba. Era un grupo, pero nosotras, eramos rancho a parte. Y eso nos encantaba.
Entonces, pensé en lo que fui y lo que soy, y supuse que dentro mío convivían varias personalidades. Una, era la que con Juli hacía cualquier cosa que quisiera, no había límites, ni inhibiciones, a esa, no le importaba usar una remera con la lengua de los Stones, o mostrarse con el pelo cuadrado en la frente, o rebelar que tenía un piercing con la misma lengua en el ombligo, esa vive el día a día y el futuro que se vaya a la mierda. La otra, no baila en presencia de otras personas, ni hablar de saltar, camina por la calle escribiendo en un cuaderno, con pasos distraídos, pero observándolo todo muy detalladamente, sin que nadie se de cuenta. Y esta sí, piensa en el futuro, tiene muchos objetivos y vive trabajando en la formación del mañana. Una comía panchos en lo de Omar, la otra come sushi. Y es un cambio radical, pasar de Satisfaction a Regina Spektor. A veces me sorprende. Quien lea esto puede pensar que sufro de trastorno bipolar o trastorno narcisista de personalidad, pero no es así (¡supongo!).
Sé que a veces surge una, y otras veces la otra. También sé que existen muchas más que, quiero pensar, descubriré a lo largo de mi vida.
Es que todos cambiamos a medida que nuestra vida cambia, el ser humano, es como un camaleón, y se adapta a cualquier circunstancia.
Entonces vuelvo en si, y me doy cuenta que todo esto, transcurrió por mi mente en sólo unos segundos de tiempo real. Y me encuentro, sentada, escribiéndolo en el blog, donde alguien (¿quién?) lo leerá.
Sin lágrimas por la mejilla, porque entiendo, hoy, no tengo ganas de llorar.



5 de septiembre de 2007

Como si fuera Alfonsina de verdad

Yo no quiero vivir en un mundo de mentiras nauseabundas
Yo no quiero sentarme en la ventana y ver pasar el sol
Yo no quiero imaginar, fantasear, pensar, sufrir
Quiero realidad en mi cabeza
Quiero realidad
Yo no quiero verte sufrir
Yo no quiero pensar así
Mis verdades claustrofóbicas vuelan y le hacen guerra a mis mentiras
No sé quien soy
¿No sé quién soy?
No sé adonde voy
¿Adónde voy?
Estoy acá, estás allá, cerca, pero allá
Y el colectivo gira cada vez más rápido
El inconsciente colectivo está por vomitar
Quiero ver el cielo, quiero respirar
Quiero ver estrellas y volar allá
Pero no puedo parar
Se que el odio no es bueno y tampoco el amor,
Pero si Neruda le hizo una oda yo lo puedo hacer mejor,
Desde la bronca:
A las cosas
A los viejos que no dejan caminar,
A la ciudad maloliente
Nadie esta contento pero nadie se queja
Tienen miedo que les corten las palabras,
La picana no me va, no, no, no me va,
no me va
No tengo miedo, tengo libertad
Basta de individualismo, necesitamos humanidad
Ni egocentrismo, ni egoísmo, necesitamos amor de verdad
Basta de falsedad
A los que se creen hippies por fumar marihuana
Y son sólo fichas del capitalismo
Eso no es rebelión,
Eso no, ya no, ya no es rebelión, antes sí, pero ahora no
Ahora es ser parte del sistema, y no se dan cuenta
Engordando peces gordos, dueños del oro y del moro
que compran cualquier cosa, que no les importa nada
Y ellos, pobres tontos, los engordan con su persuasión
Critican a la gente, que les cree y les compra sus mentiras
los tratan de ignorantes y por ellos es que tienen trabajo,
¡Ay! ¡La publicidad!
Me voy caminando, miro los negocios
odio la frivolidad,
las personas me miran como bicho raro
Solo por ser diferente
¿A qué? Diferente
¿A mí? ¿O diferente al ser?
Yo no sé
¿Yo qué sé? Que no quiero
La bronca
A veces, sólo a veces, no quiero ser tan diferente
No quiero estar tan loca, ni tan cuerda
No quiero estar
Estar blanca, fría, muerta
Prefiero estar dentro del mar, sí, en el mar
Mar, mar, mar, martes a la madrugada, buen momento para nadar
La costa de Mar del Plata
Las olas que hacen plafY me muero, sí, me muero
No fría, no blanca, no muerta.
En el mar.